Brindo por ti por tu sonrisa generosa. Brindo por tus manos cálidas, tu palabra certera y diplomática. Brindo por que para bien de todas las personas que hemos compartido contigo, un primero de julio llegaste al mundo a dejar tu rastro y hacer del lugar en el que vives un lugar un poco más racional y todo gracias a ti.
Brindo por la buena vida, por el tiempo largo; brindo porque de ti tengo mucho desde la Universidad. Brindo porque fuiste y sigues siendo mi maestro. Brindo también por que por ti conocí a Liliana, cargué a Nico cuando era tan solo un bebé, conocí a Alejo con una prueba de embarazo que decía POSITIVO. Me permitiste la entrada a tu hogar paterno en Ipiales, tu Ipiales, nuestro Ipiales. Brindo porque me apoderé de las sonrisas de tu padre y por eso soy un "Quinde", de los secretos de tu sobrinita con sus primeros amores. Salud!!! porque aún en nuestras tristezas y soledades vimos en el firmamento objetos móviles con la ezperanza de una estrella fugaz. Tu me la creiste. Brindo por las noches eternas, por los sábados, domingos y lunes festivos trabajando en la "Lógica de la selección y la combinación". Brindo por todas las conversaciones prudentes y sinceras en las que se permiten los suspiros. Brindo por nuestras confidencias de "parcerines". Brindo por los silencios y las ausencias, por la bulla y el regocijo. Brindo porque sin querer queriendo te he seguido hasta aqui, hasta el fondo.
Mejor dicho brindo por todo, por ti. Gracias por existir.
Carolina Revelo Rodríguez
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