martes, 1 de julio de 2008

QUINTAESCENCIA


Recuerdo entonces mi primera tristeza. Había intentado colmar el Fondo con sonrisas y lo logré. Había intentado zurcir desde ese momento las heridas de otro tiempo que dejó de ser profundo y lo logré, intenté durante más de un mes sobrevivir a los golpes de la nostalgia, pero cuando hay caídas preparadas, no queda más remedio que el suelo, entonces entristecí.

Para ese entonces supongo que mi compadre había visto solo a un Mario sonriente, y creo que fue justo y ha sido justa la vida en permitirnos vernos tal cual somos y querernos igual; sin embargo mi tristeza lo sorprendió, mi silencio lo hizo hablar y mi caída lo hizo levantarme.

Considero que ha sido de los mejores poemas que me han compartido, ese que él escribió con el espíritu colmado, no sé si recuerde a "Mario al Aire" y sus versos en donde la Radio se entristecía con mi voz y yo era conjurado por él para despertar alegre y volver a ser el mismo.

Lo que no sabía Gus hasta ese entonces, es que yo era ese, entristecido y fiel a mis lágrimas; y que era hora de iniciar a mostrar mis distintos rostros. Luego vinieron - esto lo supongo - el resto de hermandad que significa que nos conocimos hasta lograr palpar el alma del otro y hacer algunas ondas con los dedos, pudimos llenar juntos las horas siempre vacías y retornar a la costumbre del amor sin secretos, de la hermandad a fuerza de batallas - otra suposición es este pensamiento de que uno termina hermandad se solo con quién empuña las armas a su lado -.

Lo que hemos hecho con nosotros es alcanzar la quinta esencia, lograr la transformación, ser instrumentos, estar cercanos a Dios por que el mundo nos acerca a él, retornar siempre en el tiempo a ser los primeros hombres, viajar el tiempo para ser los últimos; y volver una y otra vez a recaer para levantarnos.

Es curiosa esta forma de probar que Gustavo Montenegro Cardona, mi hermano es un mago de la quintaescencia, pero es muy válida: Ahora que pienso en mi primera tristeza, sonrío.

Te quiero hermano, que Dios te bendiga. Amén

Mario

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